Todos en algún momento hemos realizado formaciones encaminadas a mejorar nuestra empleabilidad en un determinado sector, o incluso a mejorar aspectos más trasversales de nuestro desempeño profesional. Pero en cualquier caso con vistas a hacer nuestro currículum o perfil profesional más atractivo a futuros empleadores, mejoras o ascensos, etc.
Y una vez terminado el curso, y añadida esa “medalla” a nuestro curriculum vitae, parece que volvemos a la casilla de salida. Donde sólo nos queda enfrascarnos en la búsqueda de una nueva medalla para seguir “decorando” el currículo. Y no es que formarse sea algo negativo, pero debemos tener claros nuestros objetivos, y saber aprovechar las ventajas adquiridas tras ese proceso de aprendizaje.

En algunos casos, en las propias formaciones se incluyen el acompañamiento del alumno para posicionarse de forma clara ante la búsqueda de empleo. Es el caso de esta formación gratuita de IMASGAL, que cofinancia el Fondo Social Europeo en el marco del Programa Empleaverde de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, sobre tecnologías SIG y LIDAR aplicadas a la prevención de incendios forestales.
De esta forma se planea una serie de actividades que nosotros mismos podríamos llegar a aplicar después de habernos capacitado en cualquier nueva disciplina:
- Objetivos: Tenemos que tener muy claros nuestros objetivos profesionales. Y si no es así, tomar medidas para al menos definir lo más posible hacia dónde enfocar nuestros esfuerzos. Para ello tenemos que enfocarnos en los conocimientos que ya tenemos y en nuestras habilidades y aptitudes. También habrá que tener en cuenta la situación del sector profesional hacia el que nos dirigimos. Y una buena idea, para condensar toda esta información, es realizar un análisis DAFO de nosotros mismos.
- Diagnostico: A través del análisis realizado tras la definición de los objetivos tocará valorar nuestro grado de ocupabilidad (competencias personales y profesionales) y detectar necesidades específicas. Debemos detectar cuales son esas carencias que nos impedirán alcanzar los objetivos propuestos y ponerles remedio, siempre que sea posible.
- Estrategia: Si ya tenemos mayor claridad en nuestros objetivos y carencias, es hora de diseñar una estrategia que nos permita mejorar en los puntos débiles y aprovechar al máximo los aspectos positivos y/o diferenciadores que hayamos detectado. En este caso nos podemos ayudar de acciones formativas de todo tipo, pero siempre que estén alineadas con todo lo anterior.
- Herramientas: Cualquiera que lleve un tiempo buscando empleo se habrá dado cuenta de que buscar trabajo ya es un trabajo en si mismo. Y ya hemos tratado en este blog “La motivación cuando nuestro trabajo es buscar trabajo”. Así que también debemos aprender a elaborar un buen CV, una carta de presentación y mejorar cualquiera de las comunicaciones que tengamos con posibles contratadores, incluyendo las entrevistas de selección de candidatos.
- Redes sociales y marca personal: Sin olvidarnos de otra herramienta fundamental para la búsqueda de empleo como son las redes sociales, especialmente aquellas que se pueda utilizar dentro de un perfil profesional. Es este caso Linekdin como red social de referencia, pero no olvidando otras como Twitter o aquellas específicas de cada sector profesional, como por ejemplo ResearchGate en el caso de los investigadores.
Estos pasos o acciones que deberíamos realizar dentro de nuestro proceso de búsqueda o mejora de empleo es muy importante aplicarlos siempre que actualicemos nuestro CV. Pero también es indispensable revisar nuestros objetivos, diagnóstico y estrategia con cierta frecuencia, para así poder detectar carencias y variar en las acciones que no estén dando los frutos esperados.
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