Las relaciones de confianza son las que determinan el grueso de las ofertas de empleo. Estas son las que se establecen entre amigos o conocidos cuando recomiendas a alguien para un puesto. O cuando te preguntan si conoces a alguien que “sepa de esto”.
Incluso puede suceder que las relaciones de confianza lleguen a superar obstáculos aparentemente insalvables como la falta de experiencia, formación, etc. Y es donde debemos centrar nuestra estrategia de búsqueda de empleo si queremos optar a ese 70-80% de ofertas invisibles.
El 70-80% de las ofertas de empleo pertenecen al mercado informal y no las encontrarás en ninguna web de empleo.
El objetivo de esa estrategia es que cuando alguien se pregunte ¿quién sabe de esto?, la primera persona que le venga a la cabeza seas tú. Para alcanzar el objetivo tenemos que conseguir que todos se enteren de qué es a lo que te quieres dedicar y porqué eres bueno en ello. ¿Fácil, verdad? Bueno, un poco.
Si miras a tu alrededor te darás cuenta de que estás a dos o tres clics de distancia de compañeros de profesión en empresas muy interesantes, o de ese jefe de personal de una gran empresa o incluso de ¡un ministro!. Si realmente sabes aprovechar las herramientas que todos tenemos a nuestro alcance podrás llegar a quien te propongas.
Poder llegar a esa “persona objetivo” y conseguir una relación de confianza son dos asuntos totalmente diferentes. Y por ello hay que trabajar sobre ambos, y aquí es donde entra la famosa marca personal.

Marca Personal
La marca personal no es más que reflejar “qué es a lo que te quieres dedicar y porqué eres bueno en ello”. A cada momento construimos nuestra marca personal. Cada vez que publicas en tus redes sociales, asistes a un evento, hablas con alguien en persona o en un grupo de Facebook. La marca personal es esa imagen que cada persona tiene de ti (te conozca en persona o no). Esa imagen que consigue que cuando un empleador pregunte a un conocido si sabe de alguien que “sepa de esto” automáticamente piense en ti.
Así que depende de ti que esa marca personal sea más o menos valiosa para el objetivo de encontrar empleo.
Por lo tanto lo primero que debes reflexionar es la imagen que estás dando a través de tus redes sociales. Luego haz los cambios que creas oportunos en función de los objetivos que te hayas marcado. Para posteriormente valora las diferentes opciones que tienes a tu alcance para expandir esa imagen de marca y acceder a esas “personas objetivo”.
Estas opciones pueden ser nuevas redes sociales (como Linkedin), o un blog para dar a conocer tus intereses, conocimientos u opiniones. O incluso nuevas estrategias para utilizar las herramientas que ya tienes.
Relaciones de confianza
No te olvides de la red social con mejores resultados: el networking 1.0. (O aquello que antiguamente llamábamos relacionarse con la gente.)

Cuando hablamos de relaciondarse no consiste en bajar al bar de la esquina o charlar con el camarero (que también). Si no en ir a charlas, debates, eventos, etc relacionados con el medio ambiente. Allí podrás coincidir con tus “personas objetivo” e invitarles a un café mientras aprendes y compartes tú visión, objetivos e intereses.
Pero recuerda que mientras vas mejorando tu marca personal y las relaciones de confianza que te pueden llevar a tu nuevo trabajo, no debes descuidar el otro 20-30% de ofertas de empleo. Pero eso será en el siguiente capítulo: “Buscadores, encontrar empleo en internet y no morir en el intento”.
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